El xócolate se derrite y pierde su forma sólida. Esto puede ocurrir a temperaturas superiores a los 30°C, dependiendo del tipo de xócolate y de otros ingredientes que contenga. En el caso de nuestro xócolate camiño, al incorporar almendra, esta temperatura se reduce.

Cuando el xócolate se derrite y luego se enfría nuevamente, puede desarrollar una textura irregular o granulada en lugar de su textura suave y cremosa original.

También puede provocar que la manteca de cacao en el xócolate se separe de los sólidos de cacao, lo que resulta en una capa de grasa en la superficie del chocolate, quedando esta con un aspecto blanquecino.

Resumiendo, el calor puede causar que el xócolate pierda su color y sabor originales, dando lugar a un xócolate descolorido y sabor alterado.